Los aminoácidos
constituyen la base fundamental de cualquier molécula biológica,
y son compuestos orgánicos. No puede realizarse proceso biológico
alguno, sin que en alguna fase del mismo intervengan los aminoácidos.
Las proteínas son
sustancias orgánicas nitrogenadas de elevado peso molecular,
y todas están constituídas por series definidas de aminoácidos.
Los aminoácidos
son por tanto las unidades básicas de las proteínas. La
mayoría de las proteínas contienen veinte aminoácidos.
Las plantas sintetizan los aminoácidos a través de reacciones
enzimáticas, por medio de procesos de aminación y transaminación,
los cuales conllevan un gran gasto energético por parte de la
planta.
Partiendo del ciclo del
nitrógeno, se plantea la posibilidad de poder suministrar aminoácidos
a la planta, para que ella se ahorre el trabajo de sintetizarlos, y
de esta forma poder obtener una mejor y más rápida respuesta
en la planta.De esta forma los aminoácidos son rápidamente
utilizados por las plantas, y el transporte de los mismos tiene lugar
nada más aplicarse, dirigiéndose a todas las partes, sobre
todo a los órganos en crecimiento.
Los aminoácidos, además de una función nutricional,
pueden actuar como reguladores del transporte de microelementos, ya
que pueden formar complejos con metales en forma de quelatos.
El disponer de una disolución
que contenga un elevado contenido de aminoácidos libres, permite
aportar a la planta la fuente directa para que esta sintetice las proteínas.
Los aminoácidos
en aplicaciones foliares
La principal ventaja
del uso de aminoácidos libres en aplicaciones foliares es que
al ser absorbidos rápidamente por la planta son utilizados inmediatamente,
sin requerir mayores transformaciones.